El Banquete
I
Sócrates, Diotime y Agathón
Sócrates: Mi corazón magenta Divide los sexos
Diotime: Mi corazón sabio
Sabe que te busco entre las flores
Eros el más bello entre los dioses
Hace leña de los cuerpos tendidos
Agathón: Amor: animales que tosen
Y caminan en círculos
Sócrates: Demonio sumiso de la entrepierna
Diotime: Corazón
Mujer espectro
Túnica de espejos
Socrates: Vestido gris
Catafalco que cargo en las transmigraciones del alma
Corazón de mis pecados
Mujer ardiente como el vinagre
Agathón: Pasajero lascivo
Amplitud tuya / mía
Amantes contemporáneos
Diotime: En este cuerpo carente de egolatría
Carente de adolescencia
Carente de ti que duermes y sueñas con peces
Sócrates: Los amantes se aman
En los calderos hierven tus sombras
Y uno a uno se atacan con sueños
Mudos
Diotime: Mis velos se hacen celestes , asequibles
Pienso en ti como el amante en la soledad
Sócrates. El amor dice: "Te amo Tanto"
Diotime.: En la línea manchada de mi vientre
Te engendro a ti en medio de mis gritos
Sócrates: Recorro la elipse y llego al templo
Diotime: ¡Que envidia temen los dioses!
Tu fantasma es vapor sobre el caldero
Sócrates: En tus manos crecen las hojas de laurel
En tus ojos se hunden los barcos erectos
Agathón: Duermo de día
Descubro que el tiempo es un animal que nos marea
Con su aliento de cicuta
Diotime: ¡Cuán alto pueden llegar las torres si son usadas para escudriñar el horizonte!
Llego a ti Bebo de tus infinitas prolongaciones
Me encuentro harapienta
Como un animal crucificado
Agathón: ¡Cuantas loas! Arañado por tus risas la tristeza duele más
Diotime: Aquél que está parado entre los dioses
Su mirada es más poderosa que el canto
Los amantes se cierran sobre él
Yo con mi rostro de vidente trato de encarcelarlo a mi pecho
Pero cae ardiendo sobre el polvo
Aquél que está parado entre los hombres
Me cubre cada noche con su piel blanca
Con sus mantos de mujer fecunda
Agathón: Lloro sobre él
Sobre su mirada de loco inocente
Sobre su reloj detenido de hemoglobina
Lloro por la separación de los hombres sin sombra
Sobre espectros de cuatro brazos
Lloro por las palpitantes heridas de sus espaldas
Diotime: De sabia luz nació la flamígera espada
Que ha de separarlos como la luz al día
Agathón: Lee de mis brazos
La sangre que cae escribiendo tus mapas
En la tierra de anchos caminos
Sócrates: Por que de estas palabras suyas se constituye el espíritu encarnado en el pecho hueco ¡A la salud de los héroes de pesada sombra!
Cavemos profundo en los cuerpos desnudos
(Diotime y Agathón observan todos los sepulcros, en sus gargantas se destila una gota ardiente de mercurio)
Sócrates: Convengamos pues que el amor es un demonio de fría espalda
Carente divaga como un muerto en los afluentes
Convengamos que sus dedos como caracoles
Dejan su rastro después de la lluvia
Y que con su paso mareado mea sobre nuestras cabezas
Agathón: Con sus astas nos alza en paños marchitos de sangre
Tauromaquia que nos mata
En el color rojo lanzado a la arena
Sócrates: Yo digo que la palabra adecuada a su vértigo es: Nada
Como la nada de los oídos bajo el agua
Diotime: Te hablo a ti Hombre de figura horizontal
En tu embarazo solar
En las escaleras de tus filósofos extraviados
Agathón: No hay encuentro
Sólo somos cenizas después de la catástrofe
Diotime: Le hablo a nadie
En los jardines los pájaros han regado sus muertos
Los ciegos han manchado los manuscritos
Sócrates: Oigo que han caído todos los reinos
Sus paredes vomitan nuevos sacramentos
La oreja del dios único sangra
¡Cuántos cuerpos destruidos sobre el campo!
¡Cuánto silencio gime en esos cuerpos!
Mi corazón se vuelve culebra
Mi alma anuncia tormenta
¡Detened el cortejo de relojes!
Diotime: Hombres viejos arrastrando sus cajones
Campos de trigo recién segados
La muerte –amarilla-
Teje sus nidos
Clava su puñal en el lomo de las bestias
( Sócrates se acerca a Diotime , en la mano derecha sostiene un corazón humano)
Sócrates: ¿ Cuál es la diferencia entre el latido y el suspiro?
¿Ejército dormido soñando que afila sus espadas?
Diotime: ¡Su sangre!
Agathón: ¡Sus fantasmas!
Sócrates: ¿Cuál es la diferencia entre el latido y el suspiro?
Mi mano estruja la vid y hace vino
Diotime: ¡Sus infartos!
¡Sus epilepsias infantiles!
¡Sus sobresaltos!
Agathón: ¡Sus vides amargas!
¡Sus máscaras de hielo!
¡Sus hermosos ahorcados!
Sócrates: Mis manos son la tinta de aquél
Que crece en el pecho como un cachorro de loba
Diotime: Mis pechos son los capullos de donde nacen sus mariposas de carne
Agathón: Mi carne es su cama
Dónde lo esperaré hasta completar mi sudario
Sócrates: Acaricio vuestras mentes coronadas
¡Cuantos hermosos marinos hemos perdido en sus estrechas callejuelas!
Agathón: Beso vuestras frentes amplias y peligrosas
Diotime: Con tu traje negro Dices que el amor existe
Dibujas con cenizas sobre el agua
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