martes, 29 de abril de 2008

GRITOS DE PAPEL Subculturas fanzines y publicaciones independientes en Bolivia (por huascar rodríguez garcia)

GRITOS DE PAPEL
Subculturas fanzines y publicaciones independientes en Bolivia



huascar rodríguez garcia


Exordio
El brevísimo ensayo que sigue a continuación pretende ser un acercamiento “teórico-conceptual” que puede ser utilizado −o no−, para futuras investigaciones acerca de los fanzines, las subculturas y el rokerismo en Bolivia.


Fanaticos rokeristas


"Estamos condenados a inventarnos una máscara, y después, a descubrir que esa máscara es nuestro verdadero rostro."
Octavio Paz.


Los “fanzines” pueden ser definidos como aquellas publicaciones independientes −hechas generalmente por jóvenes−, realizadas usualmente en collage y reproducidas en fotocopia, cuyos contenidos pueden ir desde la poesía y la pornografía, hasta noticias de bandas rokeristas1 o literatura e información política radical. El vocablo inglés fanzine significa literalmente “revista de un fan”: fan (fanático) y zine (revista). Sus orígenes pueden rastrearse en la década de los 60 (con el movimiento hippie) y más intensamente en los 70, cuando jóvenes rokeristas norteamericanos y europeos se encontraban hartos de que las principales revistas comerciales (magazines) de música rock, restringían la información de sus ídolos musicales, por lo cual grupos de aficionados empezaron espontáneamente a realizar sus propias publicaciones para difundir puntos de vista particulares de tal o cual banda o concierto, escogiendo libremente sus fotos e información favorita que las grandes revistas comerciales no ponían en sus páginas. Diríase entonces que los fanzines son expresiones espontáneas en papel, de subculturas2 por lo general −pero no siempre− rokeristas y juveniles. No necesitan gran presupuesto ni una inmensa estructura, pues para estas publicaciones es más importante llegar al lector de forma directa que tener tapas a todo color o posters desplegables.
También es menester mencionar que existe una ilimitada variedad de tipos de fanzines: los estrictamente musicales (metaleros, punks, etc.), los político-musicales, los literarios, los de comics, los personales (una especie de diarios con poemas o referencias personales únicamente entendibles en su totalidad para los propios autores) y un largo etcétera.
Es en la década de los 80 cuando se da un auge de los fanzines promovido e incentivado por fanzinerosos del primer mundo, quienes crearon a nivel mundial una dilatada red de intercambio y distribución de estas publicaciones vía correo postal. Dicha red abarcaba regiones tan remotas como Afganistán, Australia, Japón o Singapur, e intentaba superar la mediación del arte como mercancía. No obstante estos intentos conservaron las estructuras mediadas de la comunicación postal, y por tanto no lograron superar el aislamiento de los participantes de la red que se mantenían literalmente fuera de contacto. Añádase a esto que para los participantes del tercer mundo se hacía cada vez más difícil estar al tanto con los reenvíos de cartas y fanzines para la red, debido principalmente a los precios siempre más elevados en el uso del correo, por lo que el número de rip-offs3 fue creciendo extraordinariamente con el paso del tiempo. Finalmente la proliferación del uso masivo de internet convirtió obsoleta y anacrónica aquella red mundial de intercambio de fanzines, lo cual sin embargo no significó de ninguna manera la extinción de estos.


Fanzines en Bolivia


Durante la primera mitad de los 90 varios jóvenes del país participaron activamente en la todavía por entonces existente red mundial de intercambio postal de fanzines: Oruro, Cochabamba, Sucre, Tarija y La Paz principalmente. Hasta donde tengo entendido el primer fanzine −en el sentido literal del término− de Bolivia, vió la luz en La Paz entre 1990-92.
En Cochabamba el primero en aparecer se llamaba “Insultos” y salió en marzo de 19934. Esta publicación rokerista y poco creativa incluía entrevistas a bandas locales de música, propaganda anarquista y algunos toques nacionalistas. Posteriormente aparecieron varias más, muchas de las cuales han desaparecido para siempre y resultaría imposible conseguirlas hoy: El Gallo Loko, AlternativA, Monte de Venus, Kolores…. Actualmente existe una profusa cantidad de publicaciones independientes que circulan de forma harto restringida y de mano en mano en la ciudad: El Monstruo, Ánimo, Carcomiendo, Ula-ula…….. Conseguirlas y comentarlas todas resultaría algo tan moroso como inútil, sobretodo porque un aspecto importantísimo de algunas de estas manifestaciones subculturales está referido a la desaparición.



La voluntad de poder como desaparición


"La tierra sigue a disposición de las almas grandes. Aún hay muchos asientos vacíos para los que están solos −aislados o en pareja−, en los que sopla la brisa perfumada de mares silenciosos. Aún hay una vida libre a disposición de las almas grandes. Quien posee poco no corre el riesgo de que le posean a él. ¡Alabada sea esa pobreza sencilla! Donde acaba el Estado empieza el hombre que no está de más, la canción de quien es necesario, la melodía única e insustituible."
Friedrich Nietzsche.


Ciertamente al estar vinculado a la idea de “fánatico” de algo, el término fanzine tiene una connotación un tanto molesta. Muchas de las personas que a veces publicamos revistas en fotocopia no nos identificamos en lo absoluto con el término “fan”, por lo cual de aquí en adelante llamaré a estas revistas subterráneas simplemente como PIs (Publicaciones Independientes). Ahora bien, también es cierto que muchas de estas publicaciones merecen nomás recibir el nombre de fanzines, ya que no son más que una absurda y aburrida acumulación pueril de irrelevantes fanatismos acríticos de todo tipo. Así que ahora hablaré solamente de aquellas PIs que son parte de una estrategia de desaparición. Pero antes de ello voy a aclarar lacónicamente un par de conceptos útiles para la reflexión.


El término voluntad de poder fue al parecer utilizado inicialmente por Nietzsche, y está referido no a la búsqueda y ejercicio del poder en sí5. Ni el poder es un objeto ni la voluntad quiere objeto alguno; lo que quiere es afirmarse a sí misma: voluntad de poder es sobre todo voluntad de vida −de deseo dirá Deleuze, de suerte dirá Bataille. Esta voluntad es la fuerza de desear y de destruir los valores establecidos para crear otros nuevos y distintos. Diríase que la voluntad de poder es como un niño que juega y ríe afirmando su inocencia y su alegría al destruir valores reactivos, viles y bajos que sojuzgan la vida. Ahora bien, el concepto de voluntad de poder como desaparición es un término creado por Hakim Bey6 y se refiere a la praxis conciente y secreta −aquí y ahora−, de cualquier actividad no mediada por el espectáculo, las instituciones o las normas, y desarrollada en ciertas áreas o territorios −físicos o psíquicos− ocupados clandestinamente. Estos lugares, que pueden ser llamados zonas autónomas temporales o TAZs7, son regiones de duración efímera y regidas únicamente por el deseo. Es en este aspecto perecedero de tales zonas donde radica su eficacia en tanto lugares libres, ya que se desvanecen antes de que la autoridad las aplaste, y se reconstituyen en cualquier otro espacio y tiempo. Las TAZs están además cubiertas por un manto protector de invisibilidad que permite la realización de cualquier propósito subversivo, ilegal o peligrosamente marginal. Dicho manto de invisibilidad se dejará caer sólo en el caso extremo de una confrontación final con la dominación y sus agentes. Pero hasta mientras, la TAZ provee la clase de intensificación asociada con la revuelta sin conducir necesariamente a su violencia y sacrificio; es más, en realidad elude, en la medida de sus posibilidades, el fútil martirio de la confrontación violenta y directa. Se trata de un ataque contra las estructuras de control, esencialmente contra las ideas, cuyo objetivo es dotarse de espacios con capacidad de permanecer ignorados, “invisibles”. Como advertirá el lector atento, la voluntad de poder como desaparición no significa una “renuncia a la lucha”; significa simplemente la búsqueda de la realización furtiva del deseo: no todos tienen que enterarse de todo. Este aspecto secreto de la voluntad de poder como desaparición tiene un objetivo táctico únicamente, y puede tener múltiples aplicaciones en la vida cotidiana, el sexo, el arte, la fiesta o la política.


Pero volviendo al tema que nos ocupa y del que me alejé no recuerdo bien cómo, debo mencionar que las PIs nacen y circulan fundamentalmente a nivel de TAZs, es decir que no buscan un reconocimiento tácito de nadie, no son producidas a nivel masivo ni para un consumo generalizado, y se desarrollan por lo general sólo con fines lúdicos. Las PIs de este tipo valoran la creación estética en tanto que las obras sean únicas e irrepetibles tal como planteaba también Antonin Artaud. En esta línea hay algunas PIs que llevan esta idea a un nivel más radical todavía: me refiero a las PITO (Publicaciones Independientes Totalmente Ocultadas u olvidadas), publicaciones que intentan llevar al máximo el inmediatismo −es decir la no mediación−, y buscan ser coronadas con los laureles del olvido. De hecho algunas PITOs no son nunca publicadas ni fotocopiadas, sólo existen los originales para ser degustados únicamente en los círculos de las TAZs.


Como podrá observarse, tanto las PIs como las PITOs, pueden considerarse como algunas de las expresiones subterráneas y literarias −o anti-literarias− más radicales que en los últimos años han proliferado en varias ciudades del país.


Con todo, los fanzines, las PIs y las PITOs, son −o pueden ser en tanto voluntad de poder como desaparición−, en definitiva, una respuesta creativa de los pequeños y efímeros grupos de afinidad subcultural con estructuras rizomáticas −subterráneas y descentralizadas−, ante la sociedad y sus valores ficticios que someten a los jóvenes a una cada vez más asfixiante desespacialización8. Todo lo anteriormente dicho me lleva a pensar que estos dispersos, veleidosos, fragmentados, variopintos y deleznablemente conectados grupos de afinidad, encuentran así en la escritura, el dibujo y el collage, formas efectivas de comunicación y ruptura del orden: una ruptura intuitiva, capaz de abrir puertas discontínuas y túneles secretos en medio de la oscurecida luz crepuscular de cadavérica palidez que el mundo actual nos ofrece.


Cochabamba, carnaval del 2005.


1Para los no iniciados son necesarias algunas aclaraciones. El caprichoso neologismo denominado “rokerismo”, está referido al conjunto de actitudes y discursos vinculados con la música rock −en sus infinitos subgéneros−, el cual es capaz de crear espontáneamente en sus adeptos una sensación e ilusión de pertenencia a “algo”. Esto es que el rokerismo crea en sus aficionados un sentimiento de adhesión a una identidad colectiva subcultural; identidad que busca principalmente −pero no siempre ni de igual forma en todos−, un reconocimiento simbólico de prestigio ante el resto de los rokeristas y de la sociedad en su conjunto. Este capital simbólico que los agentes del rokerismo buscan implícitamente puede adquirirse a través de lo que llamo el saber rokerista, es decir, un grupo de conocimientos sobre el rokerismo universal y local, sus tendencias, historias, etcétera. Tal prestigio y búsqueda de reconocimiento también se da en la conformación de bandas musicales. Ahora bien, por supuesto que el rokerismo no busca solamente el prestigio o el capital simbólico, tales aspectos son tan sólo algunas de sus características. El rokerismo es básicamente una suerte de pasión musical −a veces desenfrenada−, que se autosatisface por sí misma y que es susceptible de ser utilizada y manipulada por el capital; razón por la que sería un error considerar a todas las expresiones rokeristas como un paradigma ideal y romántico que siempre ataca a lo social-instituido, ya que muchas de estas manifestaciones juveniles se revuelcan en la vacuidad espectacular del consumismo, sino en actitudes reaccionarias o cercanas al fascismo en algunos casos.
2 Digo subcultura porque el término me parece más adecuado que contracultura. El primero está referido a aquel grupo de saberes, prácticas, códigos y expresiones culturales que perviven y se desarrollan concientemente “debajo” de la cultura oficial, institucional y dominante −estatal, religiosa, moral, etc.−. Esta “subterraneidad” hace que las subculturas generalmente busquen la desaparición (por ejemplo los grupos que usan psicotrópicos, los cultos secretos o los que realizan actividades subversivas o peligrosamente marginales). La contracultura en cambio se refiere a aquellas expresiones rebeldes que persiguen el enfrentamiento: buscan mostrarse, oponerse y trascender la cultura institucional (como algunos de los primeros hippies por ejemplo). Estos conceptos sin embargo, no son rígidos y puede ser que en determinados grupos o circunstancias se entrecrucen.
3 Sinónimo de estafador en la jerga fanzinerosa de los 80. Término con el que se designaba a las personas que habiendo recibido cartas y fanzines del exterior, no se tomaban la molestia de retribuir la gentileza enviando a la vez alguna producción de sus propios países. También se daban los casos de gente que distribuía volantes anunciando tal o cual fanzine inexistente para recibir algún regalo de intercambio gratis sin responder ni enviar nada a cambio.
4 Los antecedentes de las publicaciones independientes en Cochabamba pueden rastrearse desde fines de la década de los 80. Cuando hablo del primer fanzine de la ciudad, me refiero a la primera publicación que se autodefinió con este epíteto generalmente vinculado al rokerismo.
5 Al concepto voluntad de poder algunos le atribuyen también un sentido esotérico: sería la fuerza inmanente de cada ser mediante la cual se podrían conseguir prodigios. Véase al respecto Jean Michel Pedrazzani. El ocultismo. Bruguera. Barcelona. 1977. pp. 41-57.
6 Hakim Bey es un oscuro filósofo underground inventor del anarquismo ontológico.
7 En inglés Temporary Autonomous Zone, cuya abreviación sería TAZ. Es otro concepto de Bey. Véase de este autor La Zona Temporalmente Autónoma. Fetiche. Cochabamba. 2004.
8 Debe añadirse a esto que tales grupos de afinidad no forman un “movimiento” en sí, pese a que en el pasado algunos intentaron crearlo.


2 comentarios:

UNA PARTE dijo...

como consigo el contacto de Huascar Rodriguez Garcia?

Radioperdida dijo...

Escribeme a juanarcard arroba googlemail.com y te paso su correo...un saludo!