domingo, 15 de febrero de 2009

A los Locos Modernos (Sereno Chuyma)

Tenemos el agrado y la dulce responsabilidad de transcribir para ustedes la segunda parte del texto aún inédito "Pachamama LAS CUATRO PARTES DEL MUNDO" que forma parte de la colección de los Libros para ir al Apocalipsis y que Sereno Chuyma nos ha confiado hace ya algún tiempo.



En alguno de nuestros tantos nombres, caras y suenos; en alguno de los múltiples estratos en los que nuestras conciencias y nuestras locuras juegan y se encuentran esperamos se abra una boca que sepa susurrar un saludo para sus oídos. Pensaremos en publicar, tal vez, el texto en su integridad, por ahora los dejamos con este mensaje desde el aire y la tierra de los andes para incendiar vuestros corazones.






Los Locos






Todas las sociedades poseen sus locos. En términos psicológicos son los enfermos o disidentes mentales. En términos antipsiquiátricos son los disidentes o los que inician un viaje a través de lo inesperado, hacía lo incógnito. Un loco solo tiene su firme determinación a seguir adelante. Y con eso tiene al mundo. Hay que pensar en la carta del tarot que se llama el Loco para entender.

Cada sociedad tiene sus formas de tratar a sus locos. Una sociedad conservadora los encerrará o tratará de devolver al camino desesperadamente. Una sociedad revolucionaria buscará colocarlos como punta de lanza para que con su energía jalen al resto. Una sociedad sabia los acompañará en su viaje y esperará a que salgan de el transformados para bien; y esas transformaciones inevitablemente servirán para ayudar al resto de la sociedad. Así es como se crean los chamanes, son locos que han culminado su viaje. Las cartas del tarot son un retrato de ese viaje que tiene que atravesar todo iniciado para ejercer las magias. Por eso cuando cae un rayo te mata, te vuelve loco o te vuelve Yatiri. Si te vuelve Yatiri has culminado el viaje, si solo te vuelve loco te has quedado en medio viaje, si te mata, te mato no más. Un viaje de locura bien viajado solo puede traer como beneficio sabiduría, aprendizaje.

En nuestra sociedad los locos o están siendo encerrados y tratados para volver al camino, o están siendo drogados para que no afecten al resto de la sociedad, o están drogándose ellos mismos para soportar su interacción con la sociedad o están transformándose aceleradamente siendo incomprendidos, relegados o aceptados como personajes con un pensamiento distinto. Es de esos locos de los que hablamos, los que en las urbes se tienen que escudar en drogas o arte o tensas vidas que persiguen desesperadamente la normalidad.

Hay que ser locos. Tal nuestro mensaje. Hay que atreverse a iniciar el camino, transitar por el mundo. Hay que aceptar los momentos de locura y encontrar las condiciones adecuadas para transitar el viaje. De eso trata este texto. De aportar a hermanas y hermanos a que se agencien las condiciones necesarias para hacer posible su viaje. Las cuatro partes del mundo son la base. Los aliados son los que acompañan a quienes se puede uno entregar para aprender, para llamar la locura o transitarla.

Los Viajes de la Locura


Los viajes de la locura son los viajes chámanicos, los estados de enajenación, los trances en los que ingresan las personas. Esas cosas que, a través del éxtasis te hacen ir más allá. No pregunten de donde, ni hacia donde, ni por donde, solo te hacen ir más allá.

El ‘éxtasis chamánico’ de Mircea Eliade, la ‘operación alquimica’ de Carl Gustav Jung, el ir y venir ‘como un rayo por el árbol de la vida’ de la tradición Kabalista a la que pertenece Z’ev ben Shimon Halevi, el ‘salto’ de la teoría matemática de las Catástrofes del topólogo René Thom, la ‘metanoia’ de los antipsiquiatras, la ‘stultifera navis’ de Michel Foucault, el ‘partid a Croatán’ de Hakim Bey, la ‘madriguera del conejo’ de Lewis Carroll por la que Alicia se escapa al país de las Maravillas.



Por un lado están los viajes que te toco vivir, los que el mundo te da. Entonces hay que predisponerse y agenciarse lo más antes posible de lo necesario para enfrentar dicho viaje. Negarse es retrasarlo y complicarlo. Si te tocó ponerte medio loco, te tocó. Si te nace el espíritu que la carta del Tarot con ese nombre señala, predisponte de la mejor manera.

Por otro lado están los viajes a los que tú vas por deseo propio. En los dos actúas por tu cuenta y vas por que quieres ir. Solo que la voluntad en un caso es inconsciente y en el otro es consciente. Pero en este segundo caso si vas irresponsablemente a la locura es eso, ir irresponsablemente a la locura. Has de prepararte bien para emprender camino al caos. En cada caso que debas hacerlo, prepárate para el sol y la tormenta. De ir a un viaje de la locura sin las condiciones más favorables posibles, se trataría de que eres descuidado, irresponsable o simplemente desubicado. Por lo cual tu viaje será de tal manera que te enseñe a cubrir tus faltas.

Cada instante en que te posee la voluntad de hacer tal cosa por que hay que hacerla, de empezar a hacer, cada vez que crees muy firmemente en algo y te mueves sin considerar riesgos, viene la locura. Es por eso que es una paradoja el hecho de que se pida que se entregue a la locura en las mejores condiciones. El caso es que hay que predisponerse para entrar a la locura. Ir con seguridad, con firmeza, con Kamasa, con fuerza, con la impecabilidad del guerrero que señala Carlos Castaneda. Y esa seguridad solo se obtiene estando seguro o segura de estar en las mejores condiciones posibles. Si dudas de tus condiciones te restas firmeza y fuerza. Es el truco de la magia, la trampa sagrada que describe Alejandro Jodorwsky. Al fin y al cabo todos los artilugios mágicos solo sirven para que te entregues al caos del universo, a la vida misma, y la vivas con todas tus capacidades despiertas, como profesa la magia del caos de Peter Caroll; solo así es posible la magia, en seres completos. Superad las fronteras, superad todas las fronteras, todas las fron te ras.




Aliados

Aliados son quienes son capaces de prestarte su compañía, su sabiduría y su protección, en el nivel necesario. Cuando uno necesite varios aliados debe reconocerlo y agenciárselos.

A los aliados hay que tratarles siempre con harto respeto y humildad, sino pueden no querer ser tu aliado. Los aliados son como amigos o padrinos a quienes pides un favor. Ofréceles tu amistad incondicional, diles que estarás en deuda con ellos, cuéntales toda tu situación y hazle una petición concreta y espera una respuesta. La respuesta más concreta será la ayuda palpable, concreta. Después de recibida la ayuda y después de acabado el viaje de la locura agrádeseles claramente y mejor si lo haces con regalos que ha ellos les gustan. Acuérdate siempre de ellos, con regalos, palabras o acciones (las tres formas de la voluntad). Sobre todo en tiempos que no precises su ayuda y más aún en tiempos que si la precises.



Sobre ésta enseñanza está basada la práctica ritual de realizar ofrendas, en los andes. El ritual de la ofrenda (que incluye pensamiento como símbolo, sentimiento, palabras y acción) es la forma de relacionarse con los aliados que enseñaron los y las ancestras. Por eso no hay que olvidarse lo que en ésta tierra se ha enseñado y se enseña. Ahí está nuestra primera riqueza, en lo que nosotros somos, y nuestra segunda riqueza está en lo que nosotros podemos ser. La vida es un conocer éstas riquezas. La cuarta riqueza es lo que nosotros podemos causar. Es lo que nosotros hacemos posible en los otros seres. Tener aliados es como hacer servicio a esos espíritus, darles vida, aportarles con tu fuerza para que ellos te aporten con su fuerza y así sea posible todo viaje de la locura como toda loca y todo loco y todo aliado. Los aliados son indispensables para todo viaje de la locura. Un economista corredor de bolsa en Nueva York precisa creer realmente en el valor del dinero para hacer posible su actitud ante la vida, es decir su locura. Un chamán debe creer en sus totems para hacer posible sus iniciaciones y rituales. Sin la creencia no hay mundo. El mundo precisa creer en sí mismo para existir. El humano es igual y la brisa del otoño también.

Pero la Pachamama, el tata Illapa, el tata Inti, los Achachilas y todos los seres que forman parte de la cosmovisión andina y nos quieren por que les queremos, no son los únicos aliados que se puede tener en estas tierras. Conviene el aliado conveniente, no hay más que decir, solo pedir claridad para tener conciencia. Los locos modernos, según he visto, están por las ciudades y los pueblos, corriendo el riesgo de ser condenados como maleantes o enajenados mentales y ser recluidos o castigados, vigilados y formados, a imagen y semejanza del díos de la normalidad. Aquí se revela también la intención de este libro. La posibilidad de compartir enseñanzas mágicas que se compartieron con nosotros a locas y locos capaces de utilizarlas en su favor, lo que a la vez significa a favor del Universo. No importa a que se dedique uno. Si la locura le saluda o no, las enseñanzas igual le sirven. Si la locura no le saludo aún, lo hará, la razón de que no lo haya hecho es su pura terquedad.

Aliados importantes en nuestras vidas son varias plantas: La Coca, que es sabia, te enseña y te da lucidez. La Achuma, el San Pedro, que es maestro y protector, que te muestra la visión adecuada para el momento adecuado. La Marihuana que te enseña a ver el mundo, a detenerte y tratar con calma las cosas, para quienes tienen muy acelerado el corazón. El locoto que es planta caliente, que te enciende las entrañas, para los que tienen frío y por frío no pueden sacar sus energías del cuerpo. Además están las bebidas: La Chicha y El Alcohol que igual que las plantas anteriores te hacen entrar en trance. Cada una de estas plantas y éstas bebidas es poderosa, a veces les usamos irresponsablemente, sin respeto; eso tiene que cambiar. Son plantas de poder con las que todos los días estamos interactuando, y las tomamos a veces como simples objetos de consumo. Hay que devolverles el respeto por que no han dejado de ser nuestros aliados.


La Fiesta



La Fiesta es la Revuelta. El fuego caminando en ti. El niño dios bailando sobre el mundo, desatando el Apocalipsis con sus risas. La enajenación. Una puerta colectiva al trance. La reunión. El encuentro de la comunidad. La conjugación. Música y baile ya hacen al trance. Las bebidas ya hacen al trance. Nuestro corazón acelerado ya hace al trance. La cercanía de las personas ya hace al trance. Nuestra excitación. En la fiesta todo vale. Es cosa de tener cuidado. Salen a bailar todos los demonios y los ángeles también. En la fiesta se comparte sin restricciones. Están todos los seres, todos los espíritus. Una fiesta es una agitación de la Pachamama, un fragmento de la realidad entregado ciegamente al caos. Por ello tiene que ser sabia y bien acompañada nuestra fiesta. Para eso los aliados. La fiesta es una nave de locos, ‘stultifera navis’: un grupo de locos entregados al caos en busca de alguna tierra, una buena tierra (un buen tiempo en buen lugar).



Nave de locos, barco ebrio, casa
de la locura.
Quienes parten en viaje por la locura en soledad nunca lo hacen solos.
Amigos son sus aliados.
Aliados son sus amigos.
Basta con no perder la llave del corazón.
La fiesta es la comunidad.
La Santa Locura,
nuestra Santa
Revuelta.

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