martes, 27 de noviembre de 2007

Anti-elogio a la cordura. (Instrucciones de des-uso para el blog de la radioperdida)



Nos hemos planteado desde hace ya algún tiempo el postear material abiertamente contestatario en este blog, de hecho, el mismo espacio del blog plantea para nosotros ciertos cuestionamientos acerca de lo que debe liberarse o no en la red. Hay muchos textos que deben mantenerse en silencio, agazapados. Embrujos, maldiciones, encantamientos que deberán existir en la sombra esperando el momento propicio de activarse. El trabajo del brujo revolucionario, del mago anarquista, no está sujeto necesariamente a los periplos convencionales de la literatura como tal. Muchas veces se alimenta de ella, así como de nociones de lo que se llama arte, política, filosofía, estética o lo que sea. Pero hay algo que la diferencia: la invocación y el deseo de fuerzas que no actúan necesariamente en los circuitos cotidianos; un "arte", una actividad que se practica en secreto pero que ejerce un influjo determinante en el curso de todos los acontecimientos. Estos textos son el resultado de experiencias que van más allá de una práctica literaria, más allá de la categoría de leyenda, no es el fin producirlos para reproducirlos por este y otros medios que finalmente se convierten en frías galerías de ideas sin acto. Estos textos pretenden ser una maldición, un (anti)código, un (de)significado que altere tus percepciones cotidianas para que algo en tí se queme, para que una caja sea abierta, para que un monumento sea destruido. No han visto la luz como un resultado ni como un propósito logrado , muchas veces el texto ha precedido a la acción y lo que aquí queda son las cenizas de una actividad mucho más vinculada con nuestro natural impulso caótico que con toda esa basura literaria. No, lo nuestro son cenizas despues de un hermoso y catastrófico incendio. Y ya que estamos aquí, ya que hemos liberado para sus ojos y para la gran red todos estos conjuros, deben saber que habremos de volver a la sombra, al lenguaje de las piedras, lejos del circuito y las carreteras.


De a poco nos iremos ensombreciendo, iremos difuminando está imágen ilusoria...y tal vez... a lo mejor, tú o uno de los tuyos desaparezca con nosotros...



Esta ilusión tiene los días contados

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